LOS CABALLEROS DE RODAS

La Orden de San Juan se había instalado en Tierra Santa para hospedar y ayudar a los peregrinos. Con el tiempo, en época de las Cruzadas, se había hecho fuerte, formando una orden militar controlada por la Iglesia.

 

Con la toma de Jerusalén por Saladino, en 1187, la Orden fue retrocediendo, primero hacia Acra y posteriormente a Ptolomeida y Chipre, donde permanece 18 años. En 1306, el almirante genovés Vignolo Vignoli vende Rodas a los Caballeros que, tras vencer la resistencia de los nativos, se instalan tres años después. A partir de entonces serán conocidos como los Caballeros de Rodas.

 

La Orden tenía su propia reglamentación, dividiéndose en tres categorías: Caballeros, de origen noble, ocupan los puestos de mayor rango; Capellanes, encargados sólo de los asuntos religiosos, y Sargentos, sin origen aristocrático, ayudan en la administración y en la guerra.

 

Varias naciones componían con sus miembros la Orden, agrupadas en las llamadas "lenguas". Estas eran 7: Provenza, la más antigua y por ello ocupaba el escalón más alto; Francia, Auvernia, Italia, Inglaterra, Alemania y España, que a su vez se dividió, en 1461, en Aragón y Castilla.

 

La administración corría a cargo del Gran Maestre, cargo vitalicio, auxiliado por un Consejo formado por el líder de cada una de las "lenguas" y nombrado por el Cabildo, compuesto por todos los miembros de la Orden.

 

Durante la época de los Caballeros, Rodas vive un momento de esplendor: se reactiva la economía y se impulsan la cultura y el arte, en los que participan prestigiosas figuras de Oriente y Occidente. Se construyen iglesias, palacios, hospitales y el impresionante complejo defensivo.

 

Desde la toma de Constantinopla por los turcos (1453) las islas se vieron amenazadas, ya que servían de refugio a piratas que saqueaban naves y puertos otomanos.

 

Tras varios intentos, en 1522, Solimán el Magnífico, con un ejército descomunal, firma una paz honrosa para los vencidos, por la cual, los Caballeros entregan la plaza a cambio de su libertad. Así, el 1 de enero de 1523 la Orden abandona Rodas después de 213 años de permanencia.