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        EL NORTE 
        
      
      
        
          La  ruta, de 17 km de largo, cruza la isla desde el centro hacia el norte,  atravesando la parte más estrecha. El paisaje es seco, árido y desolado, sin  apenas vegetación, con altas montañas muy escarpadas que a menudo se precipitan  sobre el mar. Esta abrupta geografía ha permitido desde siempre que el norte de  Kárpathos haya permanecido aislado del resto, influyendo en sus costumbres, el carácter de sus habitantes  e incluso el lenguaje, ya que aquí se habla  una modalidad de griego algo diferente. 
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          Hasta hace bien poco el camino que  unía Spoa y Ólymbos era de tierra, en malas condiciones, sobre todo cuando  llovía, haciéndolo sólo transitable para vehículos todo terreno. Esto permitía  que el único modo seguro para llegar a Ólymbos fuese por mar, vía Diafani, el  puerto situado a 6 km al este. En los últimos años, gracias al esfuerzo de las  autoridades de la isla de modernizar las vías de acceso, se ha ensanchado y  asfaltado parte de la carretera. Sin embargo la ruta sigue bordeando montañas,  recorriendo crestas y laderas que caen al mar con fuertes ascensos, descensos y  curvas cerradas. A pesar de todo, el camino, que lleva entre 90 y 120 minutos,  si se toma con tranquilidad, depara muchas gratificaciones: accesos a playas  solitarias (Agnondia, Agios Minas, Forokli), aldeas aisladas y semidesiertas,  iglesias y capillas remotas y unas vistas que cortan la respiración. Hay que tener precaución si se va en  moto ya que en cotas altas suele hacer mucho viento.  
          Los aficionados al senderismo tienen pistas que se  apartan de la carretera, señalizadas con puntos rojos, que conducen a Ólymbos  en unas 7-8 h. La caminata es dura y a veces cuesta encontrar las señales  del camino. Aunque se pasa cerca de manantiales, es necesario llevar agua  abundante, calzado adecuado, protector solar y ropa cómoda. 
            
          ÓLYMBOS 
          Población,  409 habitantes.  | 
         
       
      
        
            
                
                  
                  
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              El  pueblo está situado a unos 250 m sobre el mar, entre dos montañas: el Koryfi (539 m), al norte, y el Profiti Ilías (719 m), macizo que se  eleva sobre la parte sur del pueblo y mantiene, la mayoría de las veces, su  cumbre envuelta en nubes. Las casas se extienden por la cresta que une ambas  montañas y se desparraman por las dos vertientes, que cabe diferenciar: el lado  occidental es más escarpado y cae al mar, mientras que el oriental encara un  valle con pequeñas colinas coronadas por iglesias. La carretera serpentea entre  ellas y se adentra a través de las montañas. 
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                Se  cree que el pueblo fue fundado a partir del s. VII por los habitantes de las  antiguas ciudades de Vrykoús, situada en el extremo norte, y de Nísiros, en el  islote de Saría, cuando buscaban protección ante los ataques de los piratas que  asolaban a las costas de la isla. Hallaron este increíble paraje entre montañas  con buenas defensas naturales y vistas del mar, de donde procedía el peligro.  Como el coloso que flanqueaba el asentamiento se denominaba Olympo como la antigua morada de los  dioses), así llamaron al pueblo, Ólymbos. Posteriormente cuando se construyó la  iglesia del Profiti Ilías en su  cumbre, adoptó su nuevo nombre. 
                  
              Para  una mayor defensa la población levantó una fortificación que la rodeaba y  mantenía a salvo. Cuando creció, comenzó a expandirse fuera de las murallas,  acabando por derribarlas cuando cesó el peligro. Así, permaneció aislado  durante mucho tiempo, lo que prueba que haya conservado costumbres y  tradiciones muy arraigadas, como la arquitectura de las casas, los típicos y  coloridos trajes de las mujeres, los hornos exteriores, donde todavía se  cocina, e incluso un dialecto peculiar. 
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                Ólymbos  fue, hasta no hace muchos años, el pueblo con mayor población de Kárpathos. A  inicios del s. XX tenía unos 2.500 habitantes; tras la II Guerra Mundial  descendió hasta los 1.500. La demografía unida a la escasez de tierra y las  duras condiciones, empujaron a muchos a emigrar y hoy la población de Ólymbos  apenas supera los 400 habitantes. 
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              La  calle principal atraviesa el pueblo de este a oeste. A partir de ella salen  otras más estrechas y con escalones, precipitándose ladera abajo. Son calles  laberínticas en las que es muy fácil perderse, pero las referencias son muchas  y fáciles de hallar. En esta calle se alinean las tabernas más típicas y las  numerosas tiendas de artesanía, con las mujeres vestidas con sus trajes  tradicionales bordando o esperando que pase el visitante para  invitarle a entrar.  
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              Al  final de la calle, subiendo unos escalones, en el punto más alto, se halla la  iglesia de Kímissis tis Theotokou (la Anunciación), la más importante del  pueblo. Pintada con tonos ocres y con un precioso campanario con reloj, la  iglesia muestra la influencia bizantina. Es del s. XVI y en su interior posee  algunos frescos antiguos así como un reverenciado icono dorado tallado en  madera. Frente a la iglesia  está el ayuntamiento. 
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              Hacia  el oeste la vista es impresionante, con el mar y la abrupta costa debajo. Podemos  ver los molinos que ascienden por  las laderas de las dos montañas que flanquean el pueblo. La mayoría están  abandonados aunque también hay algunos que funcionan. Hacia la parte noroeste  hay uno que es restaurante (“O Milos”).  | 
             
           
          
            
              Además de las bondades del pueblo, también toca decir los aspectos  negativos. La influencia del turismo en verano es tal que, entre las 10,30 y  las 14 h, Ólymbos se convierte en un verdadero parque temático. Los autobuses  llegan a esa hora de Diafani y sueltan cientos de turistas que inundan las  calles y le hacen perder todo su encanto. Literalmente no queda ni un solo  rincón adonde escapar. Las mujeres se afanan en reclamar la atención al  visitante y la presión para que compres es grande. 
              Cuando llega la tarde, Ólymbos se queda vacío. Las señoras continúan en  la entrada de las casas, bordando o charlando, pero ahora más relajadas. Los  hombres llenan las tabernas, para jugar, discutir o ver el fútbol. El trato al  visitante que se queda es mucho más afable y se descubre el lado más auténtico  del pueblo. 
              Para tener más información de Ólymbos  www.olymbos.org 
                
              DIAFANI  
                
              Población,  312 habitantes.                | 
             
           
          
            
              Pequeño  asentamiento pesquero convertido en centro turístico y único puerto del norte  de Kárpathos. En un rápido vistazo se puede ver que gran parte de sus edificios  son hoteles, apartamentos, restaurantes y tabernas, aunque a pequeña escala.  Afortunadamente todavía no es como Amopí o Arkasa. 
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              El  pueblo está asentado en el extremo sur de una bahía que mira hacia oriente.  Está rodeado por colinas verdes y tras de sí se elevan altas montañas, entre  las que transcurre la carretera que llega con fuerte ascenso e infinidad de  curvas hasta Ólymbos. 
                  
                El  área de Diafani ha dado pruebas de que ya albergó un asentamiento de época  minoica. Probablemente tuvo continuidad en los períodos dórico y helenístico.  Parece claro que fue abandonado cuando los sarracenos y los piratas asolaban  las costas del Egeo. Probablemente sus habitantes se refugiasen en el vecino  enclave de Ólymbos. Cuando el peligro cesó en la costa, esos mismos se fueron  instalando en la bahía, formando el principal puerto de la zona norte. Según  las evidencias el asentamiento comenzó su andadura en el s. XIX, pasando a ser el  puerto de Ólymbos. Fue después de la II Guerra Mundial cuando inició su rápido  desarrollo.  
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              La  iglesia principal del pueblo, Zoodochos  Pigí, se alza en el centro, con sus vistosas bóvedas, cúpula de ladrillos  rojos y su campanario. A unos metros se halla la playa del pueblo, de piedras y  con un mar ideal para el baño. Un pequeño embarcadero la divide en dos, en el  que se amarran los caiques que van a Pigadia así como los de excursiones a las  playas y al islote de Saría (ver más abajo). Hacia el norte hay un espigón de piedras con  algunas barcas de pesca y, algo más allá, se halla la escuela del pueblo. 
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                Poco antes de llegar al viejo embarcadero, frente a  la iglesia, hay una casa de dos pisos en cuya fachada, sobre el  tejado plano, podemos ver las estatuas de una mujer y sus hijos con la iglesia  y el pueblo de fondo. Representa la emotiva despedida de la familia de un  emigrante cuando éste parte a buscar fortuna. En la plaza  destaca una fuente decorada con  cerámicas con escenas cotidianas del pueblo.  
                  
                Para más información de Diafani, ver www.diafani.com  | 
             
           
          
            
                
                  
                AVLONA 
                  
                  
                Población,  16 habitantes. 
                  
                Avlona  está asentado en un precioso valle al norte de Ólymbos y al noroeste de  Diafani, entre los montes Stioi (639  m) al este, y Oros (439 m), al oeste. 
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              Esta  fértil llanura es la principal área agrícola del norte de Kárpathos, de donde  salían los cereales que serían posteriormente molidos en los molinos de  Ólymbos. Sin embargo, con el paulatino abandono de las tareas agrícolas  y ganaderas por parte de la población, se ha ido quedando desierto y hoy apenas  hay unas pocas casas en buen estado. Conforme los habitantes de Avlona van  falleciendo o emigran, las casas permanecen abandonadas a su suerte. 
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              Al  entrar en el valle, desde Ólymbos, vemos el suelo perfectamente delimitado por  piedras que señalan las huertas donde se cosechan principalmente cereales  (trigo y cebada) así como hortalizas. No faltan las viñas, que producen uvas  muy apreciadas. Las casas, de arquitectura sencilla, están desperdigadas por la  llanura y sobre la ladera occidental del monte Stioi. 
                  
              Caminando  por la vía principal del pueblo llegamos a la taberna y a la iglesia de Agii Apóstoli. Más al norte se encuentra Vourgounda y la iglesia de Agios Ioannis y hacia el este,  atravesando las montañas, la bahía de Trístomo,  en unos sensacionales aunque largos paseos. 
                
                
              
                
                  
                    
                      ALREDEDORES DE AVLONA 
                        
                     
                   
                 
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              VOURGOUNDA 
                  
              La bahía de Vourgounda tiene dos  lugares que merecen una visita: las ruinas de la antigua ciudad de Vrykoús  (Vricús) y la iglesia subterránea de Agios  Ioannis, protagonista de una importante fiesta cada 29 de agosto.  | 
             
           
          
            
              
                La ciudad de Vrykoús (también denominada Vrykounda) es uno de los cuatro  antiguos asentamientos de la isla. La región ya fue habitada por minoicos y  micénicos. Pero a partir del I milenio a. C., con la llegada de los dorios, es  cuando se funda la ciudad. Estaba situada sobre la península que cierra la bahía  por su parte occidental. Vrykoús alcanzó su prosperidad hacia los s. IV-III a.  C., en su período helenístico. Tuvo un notable desarrollo durante la etapa  romana y continuó su andadura en los primeros tiempos del Imperio Bizantino. A  partir de las incursiones de sarracenos y piratas, desde el s. VII, se fue  despoblando hasta ser abandonada. 
                Aunque no se han llevado a cabo  excavaciones sistemáticas, actualmente podemos ver los restos del muro  defensivo que rodeaba la ciudad, de época helenística, así como numerosas  tumbas excavadas en rocas, de diversos tamaños y complejidad. Por toda la zona  se adivinan escaleras de piedra y restos entre la seca vegetación que claman  por ser descubiertos. 
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              En la misma punta de la península,  por unas escaleras en la piedra, se desciende hasta la iglesia de Agios  Ioannis. Está alojada en una cueva y tiene un iconostasio que separa la  parte sacra, varias lámparas doradas y una curiosa pila cruciforme. Los  asientos de los asistentes son escaleras talladas en la roca.  | 
              
                  
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                Cada 29 de agosto tiene lugar una  peregrinación a este lugar desde Ólymbos, Diafani y Avlona. Los asistentes  lucen sus mejores galas (las mujeres con sus característicos trajes de fiesta)  y la celebración se extiende varios días en los que no faltan música, danzas y  gastronomía típica. 
                  
                Para llegar a la bahía de Vourgounda  hay que pasar por Avlona (4 km). Desde Ólymbos (casi 10 km) y desde Diafani (9  km) hay interesantes paseos aunque son largos y conviene tomarlos con mucho  tiempo.  
                  
                  
                TRÍSTOMO 
                  
                Hermoso puerto natural situado al  noreste de Kárpathos. Su nombre significa "tres bocas", ya que la  entrada a la ría se ve obstaculizada por dos islotes formando tres bocas de  acceso. Apenas hay un pequeño embarcadero, un puñado de casas blancas y una  capilla, que contrastan con la aridez y sequedad de las colinas que lo rodean. 
                  
                Se cree que en la antigüedad hubo  por esta zona un importante santuario dedicado a Poseidón, aunque no hay  acuerdo en el lugar exacto: unos dicen que estaba donde se alza la iglesia de Agia Ekaterini, en el extremo norte, en  el canal hacía Saría, y otros que se alzaba donde está la de Agios Nikólaos, en la costa sur de la  ría. 
                  
                  
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              Para llegar por tierra hay que hacer  una larga caminata desde Avlona (8,5 km) por medio de las montañas. También hay  una ruta desde Diafani (10,5 km) que bordea la costa, pasa por la playa de  Vananda y continúa por una pista hasta Trístomo.  
                  
              También se puede llegar por mar desde  Diafani. Una posibilidad es hacer un trayecto en barco y el otro caminando.  Para ello hay que ponerse de acuerdo con algunos de los barcos de excursiones  de Diafani.  | 
             
           
          
          
            
              Saría es un islote de 17 km² situado al norte de la isla de Kárpathos.  Ambos están separados por un estrecho que  llega a unos 100 m, donde las corrientes pueden ser bastante fuertes. El Paji  Vuno es la mayor altura, con 632 m, situado en el sur, visible cuando nos  aproximamos.   | 
             
           
          
            
              Cerca de la pequeña playa de piedras de Palatia,  situada hacia el norte de la costa oriental del islote, se pueden ver los  restos de Nísiros, un importante asentamiento del s. XV a. C. Una garganta,  cuyo suelo pertenece a un arrollo seco, conduce desde la playa al interior, por  un camino pedregoso. Al inicio de la misma, se encuentra la iglesia de Agia  Sofia, en el lugar donde se levantaba una antigua basílica cristiana, del s. V,  de la que apenas queda un capitel.   | 
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              Sobre la colina se esparcen diferentes estructuras  arquitectónicas, algunas con cubiertas abovedadas y arcos de piedra, las cuales  han llevado a especular con la posibilidad de que los piratas sarracenos se  hubieran asentado aquí entre los s. VIII y IX, cuando los asedios a las costas  del Egeo eran frecuentes. En lo alto de una colina, está la pequeña iglesia de  Agios Zacharías, a donde se llega por la garganta, flanqueada por paredes con  amplias cavidades, que sirven para proteger el ganado. Desde la iglesia se  tienen unas vistas espectaculares.  | 
             
           
          
            
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              Muy cerca se halla el poblado de Argos, con algunas  estructuras rectangulares, refugio de pastores y sus rebaños de cabras y  ovejas, únicos habitantes del islote. Se han hallado evidencias aquí de un  asentamiento prehistórico. El paisaje es rocoso, reseco, con retazos de verde y  vegetación baja, con matorral esclerófilo. Gran parte del suelo tiene uso  agrícola. Algunos olivos y tamariscos, como los que se hallan en la playa de  Palatia.  | 
             
           
          
            
              Entre la fauna destacan la foca monje, el tordo, el águila perdicera y  el halcón de Eleonora. Hay algunas colmenas que colorean el gris que domina. 
              Una leyenda señala que el nombre de Saría viene de una princesa local  llamada Caterina, cuya hermosura rivalizaba con la de Helena de Troya.   | 
             
           
          
          
            
              En el embarcadero de Diafani, hay varios caiques preparados para  excursiones a las playas cercanas y a Saría. Se sale por la mañana, sobre las  10 h y se vuelve alrededor de las 18 h, se recorre la costa oriental del  islote, parando en algún lugar pintoresco para bañarse, y se llega hasta  Palatia, donde se desembarca y, quien lo desee, puede ascender hasta la iglesia  de Agios Zacharías (ojo, no llevar chancletas, el camino es de piedras).   | 
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              Se  tarda algo menos de una hora, a paso normal. Si la excursión es de un día  entero, el capitán ofrecerá la comida. La playa, con dos peñascos en su  entrada, ofrece unas aguas claras y limpias, espectaculares para un tranquilo  baño. Se continua a bordo hasta la playa de Alimunda, al norte de Palatina,  donde darse otro chapuzón. También hay posibilidad de hacer otras excursiones  por la isla. Preguntar al responsable del barco.  | 
             
           
          
            
          
            
                
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