El atractivo de Leros es la luz y el paisaje del Egeo, un mar limpio, un puñado de pueblos tradicionales y hasta un castillo de elegante silueta. También atesora un legado italiano, no siempre bien recordado, que muestra una huella más latente que en otras islas. Por último, es una isla especialmente particular por sus habitantes,
probablemente los más hospitalarios de todo el archipiélago, que acogen al visitante con los brazos abiertos. Leros adquirió mala fama en el pasado a causa de la existencia de un centro psiquiátrico, cuyo nefasto funcionamiento se extendió por toda Europa, desprestigiando el buen nombre de la isla. Y por si eso fuera poco, también funcionó como presidio para los disidentes políticos durante la Dictadura de los Coroneles (1967-1974). Afortunadamente todo esto ha cambiado y actualmente Leros se muestra con todo su esplendor. Además, aquellos hechos han servido para preservarla y que el visitante pueda disfrutar de ella sin sufrir las molestias e inconvenientes que el turismo masivo causa en otras islas. Algunos de sus pueblos pesqueros figuran entre los más atractivos y auténticos del Dodecaneso, como Agia Marina o Pandeli, cuyas tabernas de pescado tienen excelente fama. Un par de museos, varios lugares históricos, la arquitectura italiana, extendida por toda la isla, y un completo programa de fiestas y actividades estivales completan el panorama cultural.
