Kárpathos es la isla más auténtica del Dodecaneso. Su situación, un tanto alejada del eje turístico que fluye de norte a sur, desde Patmos hasta Rodas, la ha mantenido bastante aislada, no sólo en la actualidad sino desde tiempos históricos. A ello también ha contribuido su geografía agreste y montañosa que permite que las tradiciones y el apego a la tierra sigan más vivas que en otras islas.
No falta de nada en Kárpathos: yacimientos antiguos en lugares remotos, apenas visitados, como Vrykoús; pueblos que son verdaderas reliquias, como Ólymbos; otros que aúnan tradición con modernidad, como Pigadia, o emplazados en lugares sorprendentes, como Menetés; playas hermosísimas, algunas de las mejores del Dodecaneso, como Apellá o Kyrá Panagía, con aguas claras; múltiples pistas organizadas para descubrir su geografía, que llegan a rincones inauditos y, sobre todo, el carácter abierto y hospitalario de su gente, su bien más preciado, que ofrecen una gran autenticidad.
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