Kálimnos es conocida como la isla de los pescadores de esponjas por antonomasia, actividad que se ve reflejada en exposiciones, museos e historias a lo largo de todo su territorio. Es una isla de contrastes, con una naturaleza muy árida, pero valles verdes; con tradiciones muy vivas y arraigadas que conviven con los modernos resorts turísticos; con el carácter retraído pero profundamente hospitalario de sus habitantes.
A pesar de la fuerte competencia en materia turística que ofrece su vecina del sur (Kos es el segundo destino del Dodecaneso, tras Rodas), Kálimnos ha sabido reinventarse gracias a un amplio muestrario de actividades turísticas: se ofrece como uno de los centros de escalada, a nivel mundial, debido a sus altas paredes rocosas; su rico fondo marino, antaño pleno de esponjas, hoy se muestra a buceadores profesionales y aficionados, (hay un festival de inmersión en verano) descubriendo lugares de inusual belleza, como las cuevas submarinas y los restos de barcos hundidos, antiguos y modernos; numerosas playas de aguas claras donde practicar diversos deportes acuáticos; o rutas para caminar por su geografía a través de yacimientos con castillos, iglesias, cuevas… amén de su rica cultura, cuna de poetas, pintores, escultores, etc.
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