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KOS
 

INTERIOR

 

Aunque también es una zona bastante turística, donde abundan las "tabernas tradicionales" enfocadas al visitante, así como tiendas de artesanía y productos locales, el interior de Kos es la parte más genuina de la isla. Destaca, además, la belleza del área de montaña, con pueblos pintorescos como Zia y Asfendioú, el asentamiento abandonado de Paleo Pylí (con su castillo) y Andimahia, con la fortaleza cercana. El interior posee interesantes paseos.

 

 

ZIPARI

 

 

Población, 2.355 habitantes.

 

Situado en la llanura, a 9 km al suroeste de Kos, Zipari ha crecido enormemente como consecuencia de la "huida" masiva de muchos de los habitantes de la capital, que lo han tomado como residencia y refugio. En el pueblo hay dos interesantes vestigios arqueológicos sacados a la luz en 1935.

 

 

AGIOS PAVLOS: esta antigua basílica, datada hacia el s. V-VI, se halla hacia el norte de la localidad. En el área parece haber existido un complejo que tenía su centro en la iglesia. Ésta, todavía mantiene gran parte de las paredes erguidas, mostrando algunos elementos arquitectónicos. Al sureste se encuentra el baptisterio, con una pila en forma de cruz.

 

 

KAPAMAS: más al sur de la anterior, se encuentra otra basílica denominada Kapamas por el lugar donde está ubicada. Es del s. V-VI y conserva parte de su estructura. Posee un baptisterio circular una pila cruciforme y algunos mosaicos.

 

 

ASFENDIOÚ (ASFENDIÚ)

 

 

Población, 3.205 habitantes.

 

Ascendiendo por la ladera norte del monte Díkeos (843 m), máxima cota de la isla, encontramos varios pueblos absolutamente deliciosos (y turísticos) encuadrados en un mar de verdor, que se agrupan en la localidad de Asfendioú: Lagoudi, Zia, Evangelistria, Asómatos y Agios Dimitrios.

 

Si venimos por la serpenteante carretera de Zipari hacia la montaña, nos encontraremos primero en Evangelistria, a 4 km. En la plaza del pueblo destaca la iglesia de Evangelismós, que da nombre a la localidad y data del s. XVIII. En este plácido lugar hay algunas tabernas y kafeníon.

 

Desde Evangelistria se pueden tomar varias direcciones: una carretera a la derecha conduce a Lagoudi (Lagudi), en 1 km, pequeño y tradicional pueblo de montaña. Más allá es posible volver a la carretera principal de Kos o continuar hasta Pylí, pasando por el pueblo abandonado de Paleo Pylí, a casi 2 km.

 

Otra dirección desde Evangelistria, ascendiendo la colina, lleva a un cruce: a la derecha nos lleva a Zia mientras que la izquierda conduce a Asómatos. Este es un pueblo abandonado, donde sólo sobrevive la iglesia, del s. XI, dedicada al arcángel Miguel y que aglutina a sus devotos el 8 de noviembre. A la salida de la localidad está la de Agios Pavlos.

 

Si continuamos hacia el este llegaremos a Agios Dimitrios, pequeña población tradicional, a través de una carretera más degradada que, tras unos 6 km alcanza el Asklepion.

Zia es el pueblo más elevado de Asfendioú (a unos 350 m) y el más turístico. Asentado en la ladera del Díkeos, sus blancas y tradicionales casas se desparraman entre la vegetación. Aunque en un primer instante resulta muy turístico, basta alejarse un poco del centro para descubrir el auténtico pueblo. Algunos breves (y no tan breves) paseos a través de su geografía conducen a varios lugares interesantes.

Hacia lo alto del pueblo está la iglesia de Panagía Kouvoukliani (cuvucliani), también denominada como Moní (monasterio) Spondi. La hermosa iglesia, del s. XI, se cuenta que fue fundada por el reverenciado beato Christodoulos, aunque posteriormente ha sido reformada varias veces.

Otro paseo, éste más largo (unos 90 minutos), permite alcanzar la cima del monte Díkeos. Se asciende por la calle que hay al lado de la parada del autobús, poniendo atención a las señales que dirigen "a la montaña" y a los puntos azules que marcan el camino. En lo alto, asoma la rústica iglesia, fundada por el monje A. Skinouris, en el s. XI, denominada Díkeos Christós o Moní Sotiros. Una pequeña y curiosa cúpula sobresale del techo abovedado, en el cual se eleva una espadaña. Desde aquí la vista es soberbia.

 

Una última caminata conducirá hacia el suroeste del pueblo, a la zona denominada Kefalovrysi, donde se levanta la pequeña iglesia de Theotokos.

 

 

PYLÍ

 

 

Población, 2.889 habitantes.       

 

Apacible pueblo del interior que se extiende sobre una fértil llanura, al norte de la cadena montañosa. Como sucede con Asfendioú, Pylí engloba varias localidades de la zona: Agios Georgios, al norte, y Agios Nikólaos, más al sur, que forman el núcleo del pueblo, al que también pertenecen Amanioú y Konarió, al este, a lo largo de la carretera.

 

 

QUÉ VER

 

 

FUENTE DE HARMYLIA: se encuentra en Agios Nikólaos. Si tomamos de referencia la plaza principal, donde se levanta la iglesia de Agios Nikólaos, debemos dirigirnos hacia el oeste, cruzar la carretera y tomar el camino en aquella dirección. La fuente se halla al lado.

 

Una inscripción indica que fue restaurada en 1592, lo que le supone una mayor antigüedad. Su nombre recuerda al mítico rey de Kos, Harmylos, miembro de una importante familia aristocrática. Tiene forma rectangular, con seis surtidores en forma de cabezas de león, de los que mana agua fresca.

 

TUMBA DE HARMYLOS (HEROON): antiguo hipogeo situado al este del pueblo, atribuido al mismo monarca. Se trata de una cámara subterránea abovedada dentro de la cual hay 12 nichos, fechada en época helenística. Sobre ella hay una pequeña iglesia construida con materiales de edificios antiguos. Una vieja inscripción alude al rey Harmylos.    

 

 

Al oeste del pueblo, en la zona de Voukolies, se pueden ver los restos de algunas estructuras construidas por los Caballeros.

 

En Pylí abundan las tiendas y cooperativas de artesanos, por lo que un paseo por sus calles nos puede descubrir algunos objetos curiosos.

 

 

PALEO PYLÍ

 

 

A poco más de 2 km al sureste de Pylí se halla la vieja capital, un sorprendente pueblo abandonado en el s. XIX con un castillo inexpugnable. Es una visita muy recomendable.

 

Conforme uno se acerca al lugar, se van adivinando las formas del castillo, perfectamente mimetizado sobre la cima de la colina. Fue construido en varios niveles y en diferentes épocas.

 

En el lado noroeste se ven partes de un muro ciclópeo, probablemente de época micénica. Se han hallado en el área restos de cerámica de la Edad del Bronce que indica un poblamiento muy antiguo.

La fortaleza se habría levantado en época bizantina, pero desde la llegada de los Caballeros, en el s. XIV, fue reformada y ganó solidez, se reforzaron las defensas y se hizo prácticamente inexpugnable. Sirvió a la población de refugio hasta que la isla fue entregada a los otomanos, que añadieron nuevos elementos defensivos. Hoy apenas adivinamos sus muros exteriores, aunque podemos reconocer algunas partes: el arco que franquea la entrada, escaleras, torres, bastiones y patios.

A los pies del castillo está el antiguo pueblo. Hay algunas iglesias que merecen especial atención: a los pies de la colina, en la parte sureste del castillo, se halla la interesante Panagía tou Kastriani, iglesia que formó parte de un monasterio fundado en el s. XI por el beato Hosios Christodoulos.

Tiene un pequeño altar y sobre el ábside unas pinturas mal conservadas. Muy cerca de ésta, al sur, está Taxiarhis, con pinturas de los s. XVI y XVII. Entre las ruinas del pueblo es posible encontrar muchas otras iglesias antiguas: Agios Antonios, Asomati, Agios Georgios y Agios Vassilios, todas con frescos.

Tanto el castillo como el pueblo tuvieron que ser abandonados en 1830 a causa de una epidemia de cólera.

 

Después de la visita, merece la pena hacer un alto en el pequeño bar situado en una colina frente al castillo. La vista es inmejorable.

 

 

ANDIMAHIA

 

 

Población, 2.573 habitantes.

 

Andimahia (también escrito Antimahia) es un pueblo grande situado casi en el centro de la isla, sobre una fértil llanura. Esta población conserva el mismo nombre desde hace más de tres mil años. Y es que las tradiciones son un bien muy preciado aquí, representadas en numerosos festivales y panagiria. No en vano, sus habitantes tienen fama en toda Grecia de excelentes bailarines y cantores, así como de improvisadores de versos.

 

Un paseo por sus calles muestra la arquitectura tradicional, bien representada en la Casa-Museo. También es interesante el viejo molino y las iglesias de Agios Georgios y Agia Marina.

 

 

QUÉ VER

 

 

MUSEO CASA TRADICIONAL DE ANDIMAHIA

 

Casa restaurada con el estilo tradicional de inicios del s. XX. En su interior podemos ver objetos de la vida cotidiana y su singularidad: recibidor, habitaciones, cocina con útiles, horno, establo con utensilios agrícolas, así como el colorido patio con el pozo. Abre de 8 a 17 h, aunque suele ser bastante irregular. Precio de la entrada cuesta en torno a 1 €.

 

 

ANTIGUO MOLINO

 

El antiguo molino, llamado Milos tou Papas (molino del cura), está justo frente al museo casa tradicional. Todavía está en uso y es posible visitarlo. Tiene un horario un tanto peregrino. Si está cerrado, preguntar en el museo.

 

Otras fiestas tienen también gran acogida y congregan cada año a innumerables visitantes: el carnaval; la Giorti tou Meliou o Fiesta de la Miel, que se celebra a finales de agosto, oportunidad única para probar la miel y los productos típicos de la región, en medio de danzas y cantos tradicionales; el Festival del Vino, es otra ocasión para saborear la rica gastronomía local, aderezada con música y bailes.

 

 

ALREDEDORES DE ANDIMAHIA

 

 

EL CASTILLO

 

Al sureste de Andimahia, a 4 km, está la formidable fortaleza medieval, que merece una visita.

 

El castillo se extiende sobre una llanura elevada, desde la que se obtiene una buena vista de Kardámena y la costa sur. Su construcción se debe a los Caballeros de San Juan, aunque quizás anteriormente hubiese otra fortificación de origen veneciano. Parece que fue el Gran Maestre Helion de Villeneuve (1337-1346) quien realizó la obra, aunque posteriormente fue reformado y reconstruido por el Gran Maestre D’Aubusson, como lo pone de relieve sus escudos de armas. La torre semicircular de la entrada fue un añadido del s. XVI.

 

La fortaleza sirvió de refugio a los habitantes de la zona en los momentos de peligro. Consiguió salir indemne de varios ataques otomanos en los s. XV y XVI. El terremoto sufrido en 1493 llevó a D’Aubusson a su reconstrucción.

 

En 1523, con la rendición de Kos a los turcos, es finalmente abandonado por los Caballeros, aunque continuará albergando a la población hasta que, en el s. XIX, tras la guerra de la independencia griega (1830), los no turcos son expulsados, momento en el cual fundarán los modernos núcleos de Andimahia, al noroeste, y Kardámena, al sur.

 

El interior está ruinoso y abandonado. La entrada se realiza por el lateral del bastión semicircular. Dentro hay una taquilla y se accede a la entrada del fuerte. Sobre ella se encuentra el primer escudo de armas del Gran Maestre D’Aubusson, con la fecha de 1494, año siguiente al del fatal terremoto. En el interior propiamente dicho apenas se reconocen algunas cisternas, paredes de diversas estructuras y dos iglesias.

 

La iglesia más cercana, restaurada, es la de Agios Nikólaos. Tiene una sola nave y frescos bastante deteriorados del s. XV-XVI. Sobre su entrada hay tres escudos de armas de la Orden y del Gran Maestre Fabrizio del Carretto (1513-1521), junto con la fecha de 1520.

 

La segunda iglesia, Agia Paraskeví, hacia el este, tiene también una sola nave y en su interior quedan algunas pinturas mal conservadas del s. XVIII.

 

Para llegar desde Andimahia, hay que coger la carretera principal hacia Kos y, a 1 km de la rotonda, está el desvío (derecha) al castillo por un camino en buen estado. Desde la capital, la fortaleza está a 27 km por la carretera principal. A la entrada hay mucho espacio donde aparcar.

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